Una vez más en la vida, la muerte pasó rozando. No te miró, no era tu hora. "Todo llega" pensaste en silencio mientras respiró por última vez en su cama.
Aun así, por mucho que esa puta vestida de negro lo intentase, no se pudo llevar todo. Arrastró un cuerpo estéril, que a fin de cuentas había empezado a morir el mismo día que nació... solo eso. Pero dejó lo mejor: su voz, su amor, sus actos. No dejes que la pena se quede demasiado tiempo, amigo mío; él no lo hubiera querido, tengo esa certeza aún conociéndole solo a través de tí.
Hagamos lo posible para que dentro de incontables años, cuando la puta de negro no nos pase rozando sino que nos embista de lleno, cuando el cuerpo yermo y seco se nos deshaga en millones partículas minúsculas, dejemos a los nuestros lo mejor: nuestra voz, nuestros actos, y el menor número de lágrimas posible.
jueves, abril 19, 2007
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